En una oportunidad, una participante de una actividad con mandalas que yo facilitaba me hizo
una consulta con respecto al mandala que estaba dibujando: “¿Qué significa que haya dejado
esta parte sin pintar?”. Miré su mandala y le respondí: “¿Qué significa para ti?”. Ella me
comentó que lo veía como pureza, dejarlo sin pintar era como dejarlo de color blanco, y este
color era para ella pureza, refiriéndose a algo limpio; sentía que tenía que dejarlo así, pero
había escuchado decir que en un mandala no se deben dejar partes sin pintar. Así que estaba
más preocupada por lo que ello pudiera representar que por lo que su intuición le susurraba.
El caso es que, antes de yo decirle los diversos significados del blanco o de los espacios sin
pintar, lo más importante era saber lo que representaba para ella en su mandala; tanto de
manera individual o como algo aislado, así como dentro del conjunto de colores y formas en el
círculo.
Si bien es cierto que los mandalas en su interior contienen imágenes arquetípicas y/o símbolos
con significados universales, y que los colores también reflejan un estado de ánimo de la
persona y cada uno tiene un significado universalmente aceptado; cada persona que crea o
pinta un mandala está plasmando allí un universo interior muy profundo, con características
únicas.
Aquí te quiero compartir tres razones por las cuales no interpreto tu mandala:
- Porque el mandala no es un oráculo
- Porque confío en tu propia maestría interior, y
- Porque sólo tú sabes lo que significa tu mandala para ti
Primero: El mandala no es un oráculo
La primera razón es que el mandala no es una carta oráculo o del tarot para interpretar. He
visto, que hay personas que, sin tener una base, toman el mandala de otra persona y empiezan
a descifrarlo. Y, por otro lado, hay personas que me han dicho: “Mira el mandala que hice ayer:
¿Qué significa?”. Si bien es cierto que el especialista que trabaja con mandalas tiene
herramientas para comprender muchas cosas que la persona no es capaz de mirar, lo ideal es
que inicie un proceso de indagación a través de las preguntas adecuadas, que le permita a la
persona que hizo el mandala, darse cuenta de lo que está reflejando de su propio mundo
interior. Recordemos que cada persona tiene una perspectiva única, un mapa mental que está
describiendo su propia realidad, producto de vivencias, creencias, paradigmas y un vasto
universo interior.
Segundo: Posees en tu interior a tu propio maestro
Esto no se trata de un privilegio de algunas personas iluminadas, ni tiene que ver con
pertenecer a algún culto, secta o religión. Revelar la maestría interior pasa por reconocer que
dentro de cada uno de nosotros se encuentran las respuestas, y asumir la completa
responsabilidad de todo lo que ocurre en nuestras vidas, manteniendo también presente que
estamos siendo guiados por la Divinidad como seres de luz que somos.
A través del trabajo con mandalas, cada uno va despertando y desarrollando cada vez más su
propia intuición. Lo que pasa es que no creemos que esto sea posible, dudamos, no nos
hacemos las preguntas adecuadas, y la clave está en escucharse sin juicios, reconociendo esa
voz interior que aparece cuando la mente guarda silencio.
Tercero: Sólo tú sabes lo que significa tu mandala para ti
Toda mi orientación a través del trabajo con mandalas, parte de esta premisa: sólo tú sabes lo
que significa tu mandala para ti. Y, al igual que en el ejemplo que te dejé al inicio de este
artículo, mi función es acompañarte a que tú te des cuenta de que esto es así.
Así que, aunque pueda estar viendo algunas o muchas cosas dentro de tu círculo de formas y
colores, lo primero que busco es que tú puedas profundizar en él, y de acuerdo con lo que estás
percibiendo, puedo saber qué preguntas hacerte, de qué manera guiarte para que sigas
profundizando en ti a través de tu propio mandala. Yo no tengo la respuesta, lo que sí puedo
hacer es guiarte para que tú la encuentres.
Se trata también del respeto por tu verdad, por tu proceso personal, lo que estás dispuesto a
mirar. Se trata además de tu propio poder personal, es tu elección cederlo o hacer un buen uso
de él en tu vida.
Ahora bien, puede que te quede la interrogante, si yo tengo la capacidad de saber lo que
significa mi mandala para mí, ¿cómo hago para acceder a esta información? Así que quiero
dejarte algunos tips:
- Una vez que finalices tu mandala, obsérvalo detenidamente y respóndete: ¿Qué
sensaciones te transmite? ¿Qué pensamientos pasan por tu mente cuando lo observas
con atención? ¿Qué te gusta, qué te disgusta de él? - Observa los colores y las formas que has usado y, sin tener referencias de los
significados universales, respóndete qué significado tiene para ti esa imagen que has
creado. - Puedes llevar un diario de mandalas donde anotes todo lo que venga a tu mente y salga
de tu corazón, de tu sentir, sin censuras ni juicios, acerca de lo que significa tu mandala
para ti. - Y, sobre todo, confía en ti, en tu propio poder personal, en tu intuición y discernimiento.
Puedes escuchar todas las opiniones que lleguen a ti, pero recuerda que es la
percepción de alguien más, y es tu responsabilidad preguntarte qué de esa información
que te comparten, resuena contigo y la asumes para ti.
¿No te parece genial que puedas saber lo que significa tu mandala para ti? Espero que esta
información haya sido de utilidad.
Y recuerda que si tienes alguna pregunta con relación a este artículo o cualquier otro referente
a tu trabajo con mandalas, recuerda que puedes dejarme cualquier consulta en el foro chat que
encontrarás en la página principal.
Hasta la próxima oportunidad.
Deminel Mata
Sanadora artística a través de los mandalas y la geometría sagrada, instructora certificada de yoga