La terminación de una relación de pareja donde hubo amor o aún lo hay por alguna de las partes es algo que nos desestabiliza, seamos la persona que deja o no, siempre existe por ambos lados emociones que gestionar. No es fácil irse de donde fuimos felices o somos felices, tampoco lo es irse de un sitio donde no lo somos pero sí necesario para nuestro bienestar.
¿Es amor de verdad?, siempre nos preguntamos esto cuando algo no va bien y que puedo decirles, el verdadero amor no se mide solo por lo que sentimos, sino por lo que dejamos ser en el otro y en la relación. El amor es libertad, respeto, confianza… y eso no es sinónimo de que esa persona sea “tuya”.
Simplemente son dos personas queriendo compartir sus vidas, darse la mano para acompañarse en el camino del vivir.
Una relación puede acabar por muchos motivos, pero el que más pesa siempre es el de “Ya no siento lo mismo”, porque cuando uno está en sintonía con la otra persona, cuando esta no le suma es el momento de salir de ahí y aunque parezca sencillo para quien se aleja, lo cierto es que tiene que gestionar no solo lo que le sucede sino también los sentimientos de corresponsabilidad ante el hecho. Y no porque se deba hacer cargo de lo que el otro siente, está claro que eso no le pertenece pero parte del proceso es creer que sí, de ahí la importancia de saber que no podemos cargarnos con la emocionalidad del otro aunque tengamos parte de corresponsabilidad como decía en la circunstancia vivida.
Pero y ¿Qué pasa con la persona que es dejada?. Lo cierto es que duele profundamente cuando nos rompen el corazón, cuando esa persona a la que amamos ya no siente lo mismo. Porque cuando hay sentimientos por ambas partes casi siempre puede haber una solución, pero sin la base de la relación que es el amor mutuo no podemos hacer nada.
Cuando un corazón se rompe no lo hace solo porque esa persona me haya dejado, sino por todo lo que yo demando de esa persona, por lo que significaba tenerla en mi vida, por lo que significa ahora no tenerla; ¿Qué cambios existen después de una ruptura así?. ¿Cuántas cosas que antes dejabas en manos de esa persona te toca hacer a ti?. Y ya no hablo del día a día cómo hacer cosas solo, o no tener un abrazo al llegar a casa en un duro día, hablo de esa parte que se sentía feliz por el otro y no por ti, de esas expectativas a las que llamabas futuro, futuro que como bien refiere no ha llegado pero con el cual ya contabas.
Cuando sucede todo esto tendemos a victimizarnos echando culpas al otro por “haberle dado tanto para que luego dejara de querernos”. Pero eso a donde único nos lleva es la infelicidad. El duelo duele, y que te rompan el corazón es un motivo lo suficientemente grande para estar triste, pero ¿Cuánto tiempo de tu vida te va a tomar esa tristeza, lo has pensado?.
Duele, pero aún así y con dolor puedes reponerte, levantar la vista y decir ahí voy con este dolor, abrázalo y permítele ser. Pero luego levanta la vista, mira atrás y recopila todo aquello que hoy día sabes y antes no sabías, todo lo que has recibido después de esa persona, todo lo que has sentido que queda en tu corazón y reintegralo para convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Quizás esa persona no era la que te acompañaría hasta el final de tu graduación de vida, pero vino para darte todo lo necesario para seguir adelante, para pasar al siguiente nivel.
No podemos controlar lo que otros sienten por nosotros, pero si podemos quedarnos con lo recibido y guardarlo en el corazón. Cuando se nos rompe el corazón podemos pensar que estamos destruidos, pero cuando esto pasa “el corazón se abre para que le quepan más personas” – Gaby Pérez.
Así que te invito a que salgas de la victimización, a que dejes de echar culpas al otro porque en el amor aunque no nos guste también se vale dejar de amar y no es culpa de nadie, en los sentimientos no se manda. Entonces da gracias por el tiempo vivido junto a esa persona, recuerda todo lo que te aportó para que así le asignes un significado a tu pérdida. Este significado es el que te ayudará a seguir adelante, agradeciendo lo tenido y no lo perdido.
Conviértete en la mejor versión de ti, dale significado a lo vivido para que lo que ahora ves como tragedia lo puedas transformar en bendiciones que están por llegar.
Abrazo de luz.
Estefanía Rodríguez
Las pérdidas forman parte de la vida y son inevitables, por ello es necesario aprender a gestionar nuestros duelos de manera sana y consciente