Servir como un recurso de vida
Me baje del autobús de la línea H con un viento inclemente, los 7 grados centígrados que hacían cuando salí de mi casa se sentían como 1 o 2 con el viento cortando mis mejillas. Tenía consulta médica y venía centrada en dos cosas: La hora de la cita y un audio-libro que escuchaba desde mi teléfono que me traía sumamente enfocada.
Apenas crucé la puerta corrediza del Hospital de Terrassa, divise el scanner en el que colocaría mi tarjeta sanitaria y será emitido el ticket que me mostraría el número de consultorio, piso del edificio y hora de la cita. Inmediatamente un caballero vestido de blanco de amable sonrisa me dirigió un saludo cálido y me pidió mi carnet para él personalmente realizar el proceso. Me indicó hacia dónde debía dirigirme para asistir a mi consulta y me entregó la tarjeta junto con el ticket informativo.
Yo le agradecí y sonreí feliz, porque me sentía feliz! Es un hombre cordial, que con un piano por sonrisa me indicaba “algo relativo” al piso 0 y al consultorio 51. Yo me mantenía con uno de mis audífonos y enfocada en el interesante audio-libro que me traía enamorada sobre el pensamiento humano. Me di la vuelta y distraída, comencé mi camino hacia algún destino que honestamente no visualizaba claramente sin embargo, empecé a darme cuenta que la vía que había tomado tenía consultorios con una numeración diferente, y pensé “seguramente más adelante están los cincuenta…” fue con una caminata bien adelantada cuando sentí que alguien me abordaba por la espalda y me tomaba por el brazo, cuando di la vuelta oh sorpresa! Era el caballero vestido de blanco!!
El caso es que el hombre había visto que yo tomé el camino equivocado, se había aventurado a correr detrás de mí y me había alcanzado para decirme que me llevaría al lugar correcto!! Así iniciamos el recorrido, salí por la misma puerta por donde había entrado de forma equivocada y luego de caminar bajar un piso y transitar otros pasillos, me dejó justo al frente del consultorio donde yo tendría mi cita en 17 minutos, me recordó el tiempo de espera y se despidió de mí con esa sonrisa cálida y amable nuevamente estrechando mi mano.
Ese hombre hoy hizo la diferencia en mi.
Todo esto me trajo a la reflexión y es lo que hoy me trae ante ti con mi historia. Cuántas veces estamos dispuestos a recorrer la milla extra para hacer mucho más que nuestro trabajo? Cual es la diferencia entre servir desde la pasión, el amor y cumplir con las funciones que tenemos en el empleo, la familia y los amigos? Cómo puedes servir a un desconocido desde tus mejores recursos personales? Que te hace pensar que servir es lo mismo que servilismo? Que te impide servir a otros con el mismo respeto y aprecio que te gustaría que te sirvieran a ti?
Dijo la Madre Teresa de Calcuta “El que no vive para servir, no sirve para vivir”
Cual es tu mejor forma de servir a quienes te rodean desde el amor y en consciencia?
Helena Contramaestre V.
Helena Contramaestre
Coach Profesional, Master Coach en PNL, Trainer, Oradora, Facilitadora de procesos personales y organizacionales
Facilitadora de procesos personales y organizacionales. Más sobre mí…