Estamos hechos de historias. Toda nuestra familia vive en nosotros porque somos un holograma de repeticiones y tendencias. Hoy en día, gracias a las investigaciones en psicogenealogía y biodescodificación podemos decir que las enfermedades no se heredan, si no que los patrones de pensamiento y emociones heredados en el inconsciente familiar buscan entre los miembros descendientes a quienes darán las soluciones de adaptación a los conflictos vividos por ellos. Estas soluciones biológicas son las que llamamos enfermedades. Se trata de programas incluidos en la biología para garantizar la supervivencia del individuo, o en última instancia, de la especie.
El vehículo de expresión y comunicación del inconsciente es el cuerpo. Todo lo que pasa en nuestros órganos es vivido, controlado o permitido por el cerebro y por la psique al mismo tiempo. Es una tríada perfecta que equilibra la existencia y la vida en todo momento, desde el sentir la caricia que nos acelera el ritmo cardíaco y la respiración hasta un accidente, la aparición de un tumor o una infección mortal. Nada sale de este triángulo. Todo tiene un sentido que tiende al equilibrio.
Somos responsables de todo lo que nos pasa, incluso de nuestra salud. Y no me refiero sólo a la alimentación y al ejercicio que nos mantenga en forma, que es valioso, si no también al inmenso infinito de conflictos biológicos inconscientes que están en nosotros y que se activan o desactivan con las vivencias emocionales de cada momento, siendo unas mas intensas que otras. Algunos de estos impactos emocionales son tan intensos que son heredados. Es cuando decimos que un Bioshock que pudo haber sido vivo por un ancestro en el transgeneracional puede ser el origen de una enfermedad tres generaciones más tarde.
Entrar en la psicogenealogía de la familia, estudiar el árbol genealógico, es como hacer el viaje del héroe: Nadie regresa siendo la misma persona. Es un fantástico camino de autoconocimiento y sanación. Como dice el maestro Alejandro Jodorowsky, el árbol encierra trampas y tesoros ¿Estás dispuesto a descubrirlos?
La energía, literalmente, va bajando del cielo a la tierra, llenando de vida la creación. En nuestra familia, va bajando también simbólicamente (arquetípicamente-energéticamente) de generación en generación, hasta llegar al cuerpo, al espacio, incluso a la cuenta bancaria. Todo lo que nos pasa es un conjunto de repeticiones de las historias de nuestra familia. Cuando descubrimos los nudos y bloqueos, y la manera en que las vivencias de nuestros ancestros se siguen repitiendo en nosotros, no queda más que un potente impulso que nos lleva a preguntarnos “¿Cómo soluciono esto?”
En la MasterClass “El árbol genealógico y la salud” disponible en Brinco Formación, estas preguntas tendrán, si no una respuesta, una profunda revisión para la reflexión y el interés.