Introducción
Bienvenidos a este primer capítulo, en él hablaré de el duelo y de la importancia que tiene su elaboración para poder seguir adelante con la vida.
Este proceso es algo que sucede de manera temporal, ya que necesitamos adaptarnos a la nueva situación, pero para ello debemos tener paciencia y dar el tiempo necesario mientras nos hacemos cargo de manera sana, consciente y desde el amor.
Cuando nos encontramos en esta situación da la sensación de que nunca saldremos adelante y de que quedaremos anclados al dolor eternamente, pero a medida que avances en el curso te darás cuenta de que se puede aprender a vivir con la pérdida y aquí encontrarás lo necesario para hacerlo.
La pérdida implica una sumatoria de cambios que son los que te pueden desestabilizar al no saber gestionar lo que eso supone, pero forman parte de la vida y es algo que se va aprendiendo mientras transitas el camino de esta tu historia.
¿Qué es el duelo?
El duelo es la reacción que tenemos ante la pérdida de algo significativo para nosotros, pero este abarca mucho más de lo que la mayoría pensamos.
Es importante saber que el duelo no solo tiene que ver con el fallecimiento de un ser querido, a pesar de que muchas personas así lo creen, este puede darse por un sin fin de acontecimientos en los que se produzca una pérdida.
Para ser más concreta diré que “Todo cambio indica un duelo”, aunque es cierto que en muchos de los casos pasan casi desapercibidos porque forman parte de la “Normalidad” de cambios que suceden, también hay que ver cuán importante es para nosotros eso que perdimos y dentro de esa misma pérdida hasta donde nos afecta.
Cuando nos encontramos en una situación de duelo nos solemos quedar con lo principal y tendemos a descuidar el resto de cambios que hay tras esa pérdida. Por ejemplo si perdemos el empleo, entendemos que este es el motivo principal de duelo, pero dentro de este debemos gestionar también los cambios que suponen no tener ese empleo.
Con esto quiero decir que el duelo no se resume en una sola pérdida sino que en ocasiones es una sumatoria de ellas.
Vivimos rodeados de ciclos infinitos de principios y finales que nos llevan a cambios y transformaciones a los que hay que adaptarse para poder seguir avanzando en nuestra historia. Y no se trata de quitarle importancia a las pérdidas sino de aprender a vivir con la nueva realidad que asoma y sacar el mejor de los aprendizajes.
Cómo decía la vida está llena de esos ciclos de principios y finales por tanto también, llena de pérdidas. Hay algunas a las que no se les da validez porque quizás no entra en la creencia de algunas personas que eso pueda ocasionarnos un desajuste emocional dándose como resultado un duelo. Pero aquí te dejo una lista de los Tipos de pérdidas:
- Duelo por pérdidas relacionales (muerte de un ser querido, separación de un familiar o una pareja, etc)
- Duelo por la pérdida de capacidades físicas o psicológicas.
- Duelo por mascota.
- Duelo por Migración.
- Duelo por pérdida de empleo.
- Duelo por pérdidas materiales.
Elaboración del duelo
¿Es importante elaborar el duelo?
Quiero puntualizar que no es lo mismo el duelo, que la elaboración del duelo. Haciendo recordatorio de lo leído anteriormente, “El duelo” es la reacción que tenemos ante la pérdida de algo significativo para nosotros y la “Elaboración del duelo” es el proceso que vivimos mientras transitamos nuestro camino hacia la sanación, lo que yo llamo un duelo sano y consciente.
Este proceso es vital para poder avanzar ya que es el que nos aporta el aprendizaje para vivir con la nueva situación.
La elaboración de duelo no tiene una forma definida que se indique como la correcta, no hay forma buena o mala, simplemente hay una regla importante para que este se de sanamente y es dejar ser al dolor en ti, soltar y confiar en todo lo que te está invadiendo en este momento aunque no lo comprendas. Cuando te resistes al dolor es cuando te invade el sufrimiento, eso crea un bloqueo que te impide avanzar.
He de decir también que el camino no viene guiado por un mapa específico ni en carretera de línea recta, ya que las emociones como protagonistas del momento no son tampoco lineales, por tanto buscarle un orden y sentido a tu proceso no allanará el camino. El secreto es dejarse llevar con fe y confianza.
“No todos los cambios son buenos, pero siempre, siempre son para mejor ya que con ellos nacen nuevas posibilidades para nuestra mayor evolución”. Y quizás esta frase hace mucho ruido al principio, pero con el tiempo llega la comprensión de que esto no tiene que ver con alegrarse de que haya pasado algo así, más bien tiene que ver con que mientras estés vivo la vida sigue su curso y dentro del caos se halla el aprendizaje que lleva al siguiente nivel.
Tipos de duelo
¿Qué son los tipos de duelo?
Los tipos de duelo definen la forma en la que este se te presenta. Cada persona es única por tanto cada duelo también lo es, si bien existe una guía de como se puede presentar y de cómo abordarlo, no podemos hablar de una ciencia exacta respecto a esto ya que la clave son las emociones y estas son gestionables pero no controlables.
Hay duelos que pasan casi desapercibidos, otros que se elaboran bastante más tarde de la pérdida, algunos que se bloquean y por ello conocerlos te ayudará a identificar en qué punto estás para poder avanzar.
Estos tipos de duelo son:
- Anticipado: el duelo anticipado se presenta antes de que se produzca la pérdida. Suele darse mucho en casos en los que se diagnostica una enfermedad que no tiene cura. Aquí ya estamos viviendo el duelo sin que se produzca, porque aunque aún no haya llegado el momento sabemos que es inevitable. Es digamos una forma de preparación emocional para la pérdida real, aunque he de decir que esto no significa que cuando el momento llegue, duela menos. Simplemente nos ayuda en muchos casos a asimilar lo que va a suceder amortiguando el impacto emocional.
- Sin resolver: en este caso hablamos de un duelo que aún sigue presente, ya sea porque aún no ha pasado el tiempo necesario que nos haya dado oportunidad de elaborar todo el proceso o incluso que haya pasado un tiempo bastante considerado que sería entre 18 o 24 meses y aún sigue presente. En este caso habría que valorar si este se ha convertido en un duelo complicado.
- Complicado: también se le llama duelo patológico, como dice en el apartado anterior indica un duelo sin resolver pero que se alarga mucho en el tiempo, suele ocurrir cuando el doliente no puede dejar atrás lo ocurrido y revive el momento de la pérdida una y otra vez. Esto imposibilita a la persona el poder vivir plenamente y seguir adelante ya que siempre vuelve al mismo punto de partida.
- Ausente: en este caso lo que sucede es que a pesar de haber pasado mucho tiempo el doliente sigue negando la pérdida, es como si nunca hubiera salido de la etapa de la negación. Niega la realidad una y otra vez porque no quiere afrontar lo sucedido.
- Retardado: el duelo retardado como su nombre indica es un retraso en la elaboración de duelo. En este caso es como si el doliente parara el tiempo y suele darse en personas que controlan mucho sus emociones, es un mecanismo de defensa, bien porque sea su forma de protegerse ante el dolor o porque la situación en el momento de la pérdida lo lleva a hacerse cargo de su familia y de cosas que deben ser atendidas. Se ve obligado a permanecer fuerte y eso le impide elaborar el duelo en el momento que se produce la pérdida.
- Inhibido: este se produce cuando a la persona le cuesta expresar sus sentimientos, por tanto no expresa el dolor de esa pérdida y cuando esto sucede nos bloqueamos emocionalmente llevándonos incluso a somatizar todo aquello que no estamos dejando salir.
- Desautorizado: este se da cuando nuestro entorno no acepta nuestro duelo, bien por conflictos familiares o porque quizás para ellos no tenga significado de pérdida, por ello el doliente reprime sus emociones de cara a estas personas y esto impide que el proceso sea sano y fluido.
- Distorsionado: el duelo distorsionado hace referencia a una reacción excesiva de la circunstancia. Esto sucede sobre todo cuando el doliente recientemente ha vivido otras circunstancias de dolor o estrés y es normal que la pérdida presente se le haga insostenible.
Quiero añadir que el tipo de duelo no es permanente, es decir no porque de primeras se nos presente uno de los tipos significa que siempre quedemos estancados ahí, pero sí que identificarlos nos será útil para avanzar en nuestro proceso. A esto me refiero cuando hablo del duelo consciente, a saber reconocer lo que va sucediendo, dejarlo ser y hacernos cargo.
Etapas del duelo
Cuando entramos en el proceso de elaborar el duelo, este puede darse en diferentes etapas, estas forman parte del aprendizaje que nos lleva a aceptar la pérdida y nos ayudan a identificar lo que sentimos. Añado también que estas etapas no se dan siempre en un orden específico ya que incluso en un solo día podemos experimentarlas todas.
Conocer cada etapa es realmente de ayuda, ya que de esta manera se le puede dar sentido a comportamientos y emociones para poder gestionarlo desde un nivel de consciencia diferente al que tendríamos sin esta información.
Estas etapas son:
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
Para finalizar este capítulo quiero aportarles una lista de tips que para mi son vitales a tener en cuenta mientras vivimos un proceso de duelo y un audio especial que alumbrara el comienzo de este camino, el camino de tú “Metamorfosis Consciente”.
Índice
0 – Introducción
1 – El duelo
2 – La negación
3 – La ira
4 – La negociación
5 – La depresión
6 – La aceptación